110 Apuntes Lo que sucede es que para los que se creen llamados a gobernar a todo trance, o, por lo menos, a recibir siempre los favores oficiales, no hay, no puede haber gobierno bueno si ellos no forman parte de él, o no son favorecidos por el mismo como ellos lo desean.
Por eso decía yo al comienzo de un artículo sobre el Jefe don Braulio Carrillo, publicado en marzo de 1900. Con frecuencia vemos hacer el elogio de los gobernantes pasados cuando no a sus parientes, a personas interesadas más o menos directamente en la defensa de los actos por ellos realizados, o que les son deudoras de grandes favores; a quienes faltan, pues, las condiciones de independencia e imparcialidad; tánto que ante esos elogios, los entendidos sonrien y a veces piensan. cómo no ha de expresarse asi don Fulano de Tal, si en tiempo de ese Presidente a quien elogia, él, que es lo que vulgarmente se llama una nulidad o una buena pieza, representó un gran papel o tomó asiento en el banquete del presupuesto. Fórmense las facciones que se quiera, pero no se atribuya a nadie cómicamente el carácter de salvador de la nación en las presentes circunstancias.
El mundo asiste en este instante de la vida cultural de las naciones a un eclipse de la libertad. El desinterés de los pueblos frente a las conquistas del derecho llevadas a cabo en el siglo XIX puede tener muchas causas próxinias y remotas; de este número sin duda es el tipo de educación gregaria a que ha estado sometida la niñez en los últimos tiempos. Sanin Cano.
Buenos Aires, noviembre de 1934