94 puntes tiempos presentes sin que una u otra de las grandes notabilidades mundiales, de los grandes valores estadistas y científicos, levante su voz para señalar los desastres económicos y hacen tarios como producto natural y lógico del abandono de la economía liberal y del entronizamiento de las intervenciones estatales.
El último de los citados, el señor Cambó, fustigó en reciente discurso ante las sociedades económicas, los nuevos métodos, en términos y con razones que conviene reproducir en Costa Rica, donde, como en el resto del mundo, diariamente gana terreno la animadversión contra esa ingerencia del Estado como causa principal de nuestra lamentable situación económica y fiscal.
Sobre esa ingerencia dice el notable ex ministro de hacienda: En casi todos los países no se respeta la propiedad ni la libertad de iniciativa. Habéis conocido políticos que nunca se habían preocupado de los problemas económicos y que al llegar al poder se sintieron Júpiter e intentaron mandar a la economía del país. Hablan de leyes económicas sin darse cuenta de que estas leyes no las ha inventado nadie. El hombre no ha hecho más que descubrirlas. La acentuación de la intervención estatal vino con la guerra. Más daños que los materiales de segar vidas y destruir ciudades ha producido la guerra, porque de ella se deriva este intervencionismo, causa de tan enorme crisis. El resultado del intervencionismo. Baste decir que los dos países de Europa cuya economía atraviesa momentos más difíciles, son aquellos en que el intervencionismo ha sido más intenso: Italia y Alemania. En cambio los países escandinavos y el Canadá son aquellos de economia más suelta, más potente y de mayor bienestar medio.