A puntes 59 que un leve roce de alas o un grano de basura detiene, desnivela, retarda o apresura.
ESTACIÓN: Mi péndulo, del tiempo regulador exacto, une a las perfecciones de un precioso artefacto algo de la consciencia de un organismo vivo.
El metódico horario y el minutero activo con el breve instantáneo, que de veloz blasona, van con las finas puntas de su triple tizona marcando los momentos con precisión extrema.
CASA: señalan lo mismo, con idéntica flema, las horas luminosas del varonil empeño que las dulces y pálidas del ocio y del ensueño.
ESTACIÓN: vos que sin escrúpulos os burláis de la ciencia. cómo sabéis las horas?
CASA: Yo no las sé.
ESTACIÓN. Paciencia. Tal vez es un secreto?
CASA: Yo no las sé, las siento; las palpo, no las mido; las vivo, no las cuento.
Tú la existencia ajustas a una abstracta medida, yo del tiempo a las ondas acompaso mi vida, y cuando el gallo canta y el celaje se dora, tomo por manecillas los rayos de la aurora y el instante primero que marca mi cuadrante es ese luminoso y musical instante.