54 puntes riqueza da a mis pastos y jugo a mis legumbres.
Las campesinas flores me envían sus aromas; cubren mis amplias alas arcadias de palomas y mis sonoros huecos repúblicas de abejas; sus cuarteles de invierno tienen bajo mis tejas de errantes golondrinas las cariñosas tropas, y asombran mi cercado con sus enormes copas hamaca de los vientos y nido de los nidos árboles rumorosos de troncos retorcidos.
Señora de estos campos y centro de la hacienda, soy pesebre, granero, colmenar y vivienda. mi amparo conviven semillas y aparejos; no está el rumiante establo de la cocina lejos, ni de la quieta alcoba los bíblicos corrales, y duermen los patronos cerca a los animales.
Las llaves de mis puertas por hidalga costumbre en inacción descansani, tomadas de la herrumbre; bien me guarda una aldaba, como una talanquera. pasador primitivo guarda la hacienda entera.
Mis ladrillos gastados por pisadas amigas son letras de una historia. Bajo mis recias vigas hay plácidos recintos, sitios al sol expuestos y del viento guardados, esquivos y repuestos asilos de penumbra, donde a soñar invitan retratos que sonríen y muebles que meditan.
En un siglo no he visto muchos cambios: repuesto fue el huerto de duraznos; y el nieto ocupa el puesto del abuelo en la caza, en la trilla y la mesa, y si éste levantara la losa de su huesa, oiría repetirse las familiares preces y campesinas pláticas que encabezó mil veces.
Los cantos y la rueca de la abuela han pasado.
VOCES AFUERA. Quite esos animales. Hola! Que se haga a un lado. No ve que es prohibido transitar por la vía?