48 puntes CASA: Aun tarda la estrella del Boyero, mas ya las golondrinas se acogen al alero y vuelven al aprisco las greyes baladuras.
ESTACIÓN. Consultáis las ovejas para saber las horas?
CASA: Consulto otro cuadrante más fiel que los rebaños, que señala las horas, los días y los años.
ESTACIÓN: Ya hablaremos. No cabe, no cabe error alguno: un tren. un tren expreso. Efectivamente, un tren expreso pasa sin detenerse, a toda máquina, con estrépito sordo. La máquina 1001.
CASA. Oh, Dios Santo, qué estruendo!
ESTACIÓN: Con idéntico espanto exclamo muchas veces. qué silencio, Dios santo!
CASA. Desdichada!
ESTACIÓN: Yo paso lentas horas de hastío; mas de improviso todo se anima en torno mío; el aire se estremece, trepida el ancho llano, y allá, por las revueltas del cerezal lejano, con impetu gallardo, sereno en su pujanza, al viento la melena, el tren avanza, avanza, y obediente a mis puertas se detiene el coloso con crujir de cadenas y anhelar fragoroso.