A puntes 45 El Armisticio Poema campesino en cuatro diálogos Por Víctor Caro INTERLOCUTORES: Una vieja casa de hacienda, en la cual todo es ancho: el corredor, las paredes y el corazón.
Una estación de ferrocarril recién construida: verjas de hierro, tejas de metal, muros de cemento.
Un melancólico sauce de inclinada cabeza melenuda.
La acción pasa en un lugar de la Sabana, de cuyo nombre no quiero olvidarme.
DIALOGO PRIMERO ESTACIÓN: Buenas tardes, anciana.
CASA: Buenas tardes, pequeña.
ESTACIÓN: Vuestra faz bondadosa, florecida y risueña me ha animado a abordaros. El tren de pasajeros aun tarda, me hallo libre, y quisiera ofreceros con mis pobres servicios mi amistad de vecina.
CASA: Antes nunca me hablaste ni me trataste asina.
Meses há que en los predios confiados a mi guarda, sin respetar la cerca de encanecida barda ni el portalón antiguo ceñido de rosales, como señora y ama sentaste tus reales.
ESTACIÓN. Oh, no! De vuestro dueño con el gentil permiso se construyó esta vía, y el terreno que piso dádiva generosa fue de su celo grande.