A puntes 41 no son desencadenadas por el interés, sino por los sentimientos, y por sentimientos bastante mediocres: los celos, el amor propio y lo que se llama falsamente el honor nacional. Como si el honor nacional no nos obligara a la paz en vez de armarnos para la guerra!
Por ciegos que sean los pueblos, los ciudadanos de todos los países saben perfectamente lo que la guerra ha de acarrearles: matanza, derrota, ruinas.
Los pobres humanos son como las abejas que hincan su aguijón para encontrar la propia muerte.
e.
25 de enero de 1935.
Espada de dos filos por Germaine Baumont Subía Andrés Laumoy la vieja escalera con la lentitud recogida de un hombre que ha tomado una resolución importante y que va a ponerla, en ejecución. La resolución era de veras importante: iba a pedirle a Lisbeth Meriel que se hiciera su esposa.
La conoció a orillas del mar, durante las vacaciones, y se la había encontrado después en casa de amigos comunes, en París. Una muchacha completa, perfecta. se decía él.
Jamás una palabra o un gesto impropio; sabiendo divertirse dentro de los buenos límites; de educación esmerada y, además, elegante y distinguida. La compañera que necesito, la que he soñado. Andrés tenía ante si la perspectiva de una hermosa carrera social y en su mente se juntaban las imágenes de la mujer de su casa y la mujer de salón.