A puntes 29 Sin embargo, la música nos da matemáticamente la prueba de que nada hay en la inteligencia que no haya estado antes en los sentidos.
Los colores que menos cansan la vista son el rojo y el amarillo, a lo opuesto del violado y del azul. En otros términos, el deslumbramiento que el rojo o el amarillo producen es el que menos dura.
Dura unas nueve veces menos que el de la luz blanca (sintesis de todos los colores. Y, como por otra parte el ojo humano percibe mejor el amarillo que el rojo, es claro que toda persona que quiera defenderse de la luz debe servirse de anteojos amarillos. No sólo se defiende, sino que logra aumentar la distancia y la nitidez de su visión posible. Esto se sabe desde hace unos cincuenta años y se utiliza corrientemente en las fábricas, en los laboratorios, en las excursiones, etc. Los cielos rasos de las salas de trabajo se pintan además de amarillo. Lo nuevo es el uso de luces amarillas para los automóviles y toda clase de faros. Esta novedad tiene otra ventaja, que deriva del hecho de que los rayos rojos y los amarillos son los que atraviesan más fácilmente las neblinas; es decir, son los que menos se prestan a ser difundidos o reflejados por las gotillas de agua, difusión o reflexión que produce esos halos o aureolas tan molestos para quien transita por las plazas y rutas o sobre aguas obligado a poner atención en los diversos focos de luz.
En los primeros días de diciembre último se le erigió una estatua a Chateaubriand en Roma. Con ese motivo, un redactor de La Tribune de Ginebra