A puntes 21 de espadas y rodelas, va el alado coro de las plegarias a María en la iglesia inconclusa todavía.
III Pasan los años y en el mismo lar de la flor consagrada y primorosa una niña nació para encarnar la santidad de la primera rosa. Santa Rosa de Lima, que naciste junto al rosal de la primera rosa, y que eres para el pobre y para el triste consolación y ayuda generosa; por tu sangre escarlata que en el suplicio místico vertiste, por ti, que intercediste por tu ciudad, se amedrentó el pirata, huyó la peste y escondióse el daño, y los jardines tienen todo el año las rosas que encarnaste y bendeciste. Fue asi conio del cielo bajó la Gracia a la ciudad; los bronces no cesan desde entonces de proclamar con ardoroso anhelo el místico reinado de la rosa; por ella es leve y fina la ciudad, y su encanto se adivina en su clausura lirica y celosa, en sus quintas soleadas, en sus rejas labradas y floridas, y en sus moros balcones, hechos para guardar los corazones. Por ella en todo hay rosas!
Rosas en las caritas infantiles