San José de Costa Rica Apartado 230 APUNTES 19 25 de Febrero de 1935 Alegrías de la Vejez Por Amado Nervo Quizá una de las pocas alegrías de la vejez, cuando no está demasiado amargada y aniquilada por los achaques, consista en la observación fría, un poquito irónica y en el fondo indulgente de la sociedad.
El alma pasa lentamente de actora a espectadora.
Los resultados de los diversos sucesos le importan cada día menos, porque sabe que pronto se irá. Es como un viajero que desde el pórtico de la estación, mientras espera el minuto del tren, se entretiene, con cierta curiosidad distraída, en contemplar el espectáculo de la gran arteria humana.
En los bailes, en los tés, en los teatros, toda reunión, un viejo observador, sereno, afable, goza quizá más que los jóvenes. El placer de éstos es puro aturdimiento. El, en cambio, juzga la existencia, contempla sus ardides, sus tretas, sus «modus operandi. el hombre siempre ingenuo y siempre el mismo, en la juventud, en el amor, en la ambición.
Ve desde la cima de nieve de sus años el panorama, y advierte el movimiento de los hilos que detrás de las bambalinas sacuden a los títeres. Puede hasta vaticinar ciertos efectos que su experiencia conoce. Es, en suma, el espectador ideal.