A puntes 377 Para evitar falsas interpretaciones es necesario distinguir entre lo que se entiende por «Infección Tuberculosa» y «Tuberculosis» propiamente dicha; es decir, entre «infectado» y «enfermos. Se puede estar infectado sin estar enfermo, lo cual ocurre con mucha frecuencia.
Con el descubrimiento del bacilo de Koch en 1882, se creyó que la prevención de la tuberculosis quedaba reducida a simples factores: a destruir el bacilo dondequiera que se le encuentre, y a evitar su entrada al organismo humano, cuando por cualquier razón, las tentativas para destruirlo hubiesen fracasado.
Pero esas medidas preventivas no han explicado el descenso de la mortalidad por tuberculosis, que comenzó muy antes del descubrimiento del bacilo, es decir, muy antes de la existencia de sanatorios, enfermeras visitadoras, servicios de higiene social y de la educación y propaganda popular. Karl Pearson, uno de los más competentes en llevar estadísticas, traza ese descenso a partir del año 1838, y lo explica de la manera siguiente. En una comunidad en donde la tuberculosis ha prevalecido por períodos seculares, la selección natural tiende a intensificar su inmunidad eliminando los individuos de menor resistencia y permitiendo a los sobrevivientes transmitir su mayor resistencia, por herencia. Esa mortalidad infantil que tanto nos alarma. no será acaso el medio empleado por la Naturaleza para desembarazarnos de los seres tuberculosos y de su futura reproducción?