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A puntes 365 llegan a su hora; ha surgido como brota la luz después de la noche. Esta sencilla ceremonia, en honor del valeroso e infortunado coronel, es además, una nueva consagración de los militares costarricenses a servir la tradición de lealtad y valor que ayudó a perpetuar el bizarro francés, cuyas cenizas reposan, no en el suelo natal, pero si ahí, en esta tierra agradecida, en esta tierra eterna amiga de Francia. En el silencio de este cementerio harán a sus cenizas guardia de honor perenne los sentimientos de hondo respeto y de profunda devoción a su memoria, del ejército costarricense. Es de justicia hacer constar aqui que se debe a don Guiilermo Tristán Fernández la iniciativa de este testimonio de gratitud tributado a la lealtad del militar francés. El señor Tristán, diligente cronista social de nuestra prensa, dedica desde hace muchos años gran parte de su actividad al culto de los muertos y a la reparación de los olvidos nacionales.
La juventud francesa no se embarcará en ninguna aventura con el nombre de fascismo, hitlerismo o comunismo ¿Fascistas, nazis o bolcheviques, qué seremos. se pregunta Auburn en El Cálamo, nuevo periódico francés. Quién puede negar que el ejemplo de las revoluciones extranjeras constituye una tentación para la juventud? El estado actual parece tan en desacuerdo con los deseos y las necesidades de los franceses, que no sorprende verlos protestar. Pero. qué de nuevo reclaman? Esta es la cuestión.