A puntes 325 que los da se vienen repitiendo desde hace casi año y medio, Norteamérica no observa una gran mejoría, y sus problemas son casi los mismos que eran antes. Qué nos indica todo esto? El fracaso de creer que basta una voluntad, por muchas asistencias que se tengan, para modificar el juego libre de las leyes económicas. Supóngase el caso de un gran físico que quisiese cometer con los elementos de la Naturaleza el gran fraude de apartarlos del cumplimiento de las leyes que los rigen. Algo de esto es lo que ocurre con la experiencia norteamericana. Puede y debe dirigirse la libertad económica; dirigir toda la economía de una nación, por excelentes que sean las condiciones suyas y por eminentes que sean sus directores, tiene más probabilidades de riesgos que de éxitos.
Mariano Marfil.
Ahora, 23 de junio de 1934.
Pedazos de papel El ministro de relaciones exteriores de Francia, Louis Barthou, acaba de terminar un triunfante viaje circular por varios países europeos. En Varsovia, Praga, Bucarest y Belgrado, se enteró, por diferentes conductos, pero con certeza, de que todos estos pueblos están unidos espontáneamente por el firme propósito de conservar sus fronteras en la forma en que están actualmente, y asimismo, de que están preparados para unir sus fuerzas en caso de que la paz se vea amenazada por una agresión.
Una invitación hecha anteriormente a Barthou por el premier Ramsay MacDonald, y aceptada después por el ministro francés, coronó su viaje de una manera inesperada.