324 puntes ganización; el término más usado es el de «recovery, o sea curación. Roosevelt sigue el sistema de un médico que, ante un enfermo de padecimientos múltiples y no bien conocidos, ensaya receta tras receta, plan tras plan, no importándole que el de una semana sea contradictorio con el de la semana precedente.
Tal vez esto explique el que los economistas no sientan una gran preocupación por seguir atentamente y desentrañar la experiencia desconcertante de Roosevelt; pero tal vez también por este concepto empírico y movedizo del «rooseveltismo» haya un archivo más considerable de hechos y de lecciones.
Una consecuencia global puede adelantarse como deducción de todo lo que se está llevando a cabo en Norteamérica. Allí hay un presidente, jefe de Estado, investido de plenos poderes legales; a esos poderes corresponde también una confianza ilimitada de la mayoría de la opinión pública, porque cualquier disgusto en un sector determinado se compensa con creces con el apoyo de todos los restantes sectores; ese hombre y esa opinión se mantienen en actividad constante, dando muestras de un dinamismo económico financiero que no tenía precedente; la experiencia se lleva a cabo en un país de los pocos que, por su excepción, por su variedad climatológica, por sus reservas metálicas, por el poder de su Banca, por la extensión de su crédito, por su capacidad y sus hábitos mercantiles por la capacidad adquisitiva de su gran mercado interior, se halla en condiciones de vivir una economía cerrada, de adaptarse a esa autarquía económica que es el ideal y la quintaesencia del nacionalismo. Pues bien: a pesar de todo eso, a pesar de los constantes empellones que con más o menos método. pero siempre con sometimiento dócil de la voluntad nacional al presidente