312 puntes de andar; los defectos orgánicos como los lunares, el bocio, la calvicie, el tartamudeo, etc. De ellos podemos recibir, también, caracteres mentales, como la memoria, la habilidad artística o literaria, la elocuencia, habilidad inventiva, disposición humorística, facilidad para lenguas, matemáticas, etc. las enfermedades cerebrales, como la epilepsia, la insanidad, la idiotez. La capacidad mental es cualidad dominante, la incapacidad mental es recesiva. Los hijos de matrimonios entre personas inteligentes y personas de capacidad mental deficiente, serán aparentemente normales; sin embargo, en la segunda generación podrá resultar un idiota por cada tres individuos normales.
Entre los caracteres de orden moral que pueden perpetuarse por herencia, merecen citarse la piedad, la independencia, la jovialidad, la hospitalidad, la generosidad, la perseverancia, la temperancia, el orden, la avaricia, la criminalidad, la mentira, la superstición, la vanidad, la crueldad, etc.
Explicado ya de un modo más o menos claro lo que entendemos por herencia, veamos ahora de qué modo este conocimiento puede tener aplicación al mejoramiento de la raza humana. La ciencia que trata de estos problemas se llama Eugenesia, que etimológicamente quiere decir procreación de buena calidad.
Las preocupaciones eugenésicas se remontan a los tiempos antiguos. Los hebreos conocían las consecuencias de los matrimonios consanguíneos entre parientes muy cercanos y por lo tanto la ley de Moisés los prohibía. Las leyes hebraicas se oponían también al casamiento de epilépticos, leprosos, tuberculosos y alcohólicos. Pero fue en la antigua Grecia en donde existieron las nociones más avanzadas de Eugenesia. los griegos les era familiar la acción funesta del alcohol sobre las células reproductoras.