Apuntes 297 Tesoro de pobres es, y jay! que nadie se lo quita, mientras su voz lo repita y lo ejecuten sus pies.
En un salón de palmares que vagando descubrí, su hechicera danza vi al compás de sus cantares.
Era una noche de aquellas noches de la patria mia, que bien pudieran ser dia donde no hay noches como ellas.
El terciopelo mejor al del cielo no igualaba, ni estrella alguna faltaba a esa gran cita de amor.
Oianse los bramidos del Cauca y sus reventones, como enjambres de leones celosos o mal dormidos; el aura circunvolante embalsamaba el lugar de albahaca y de azahar y de jazmín embriagante.
Yo, sentado sobre un tronco, contemplaba aquella escena en esa noche serena y al mugir del Cauca bronco; Esas candidas figuras que ondulaban y reían y hasta mí en sombra venían como a acariciarme a oscuras; aspiraba esos olores mezclados a esos sonidos; y ese aire que los vestidos les salpicaba de flores; todo en mi derredor, desde el silencioso cielo hasta la grama del suelo y el bambuco seductor,