280 puntes código nuevo para regular la administración política de un país; ella ha instituido la creencia en el hombre y en su destino. Antes de ella, el hombre no creía más que en Dios. Porque creo también en el perfeccionamiento humano, es por lo que encuentro la calma necesaria para hacer mi tarea, sin exceso de optimismo ni de pesimismo. Por qué, señor Presidente, los tchecoeslovacos, que son eslavos, se inclinan más bien a la Revolución francesa que a la Revolución rusa?
El Presidente, que va a señalar algunas de las cosas que le parecen excelentes de la revolución rusa, sonríe y responde. Siento una gran simpatía hacia los rusos, y aun hacia los bolcheviques; pero permita que le refiera una anécdota: En una opereta vienesa, un soldado pide a la emperatriz que le dé un diploma de institutor, para poder ganarse la vida más tranquilamente. Sabes al menos leer y escribir. pregunta la emperatriz.¡Ah, no. Majestad, responde el soldado. Si lo supiera, podría yo llegar a ser institutor sin vuestra alta protección. Désele sin embargo el diploma, dijo la emperatriz; enseñando a los otros acabará por aprender él mismo. Estoy convencido de que a fuerza de hacer experimentos, los rusos acabarán por hacer ellos también una sociedad aceptable; pero prefiero evitarle a mi pueblo esos experimentos. de junio de 1934.