Elías Jiménez Rojas

276 puntes De La Tribuna El reportero es un personaje de extraña fortuna.
Tiene que huir de unos y ser huido de otros. Es antipático para todos. Cuando entrega al Director del periódico un relato hecho con felicidad, sabe de antemano que nadie lo aplaudirá a él. En cambio, y este es el caso corriente y natural, si el relato peca por algún lado, llueven sobre el reportero, regaños, amenazas y rectificaciones.
El Juan Lanas que esto escribe se tiene bien sabidas estas cosas y sin embargo no cambia de oficio. No es que le produzca mucho dinero. Qué va!
Es que nació con alma de reportero. Cuando vuelve a su casa, eternamente a deshora, vuelve con la satisfacción del cazador que ha cazado algo: gorriones donde sólo hay gorriones. Juan Lanas, querido lector, es un cazador de actualidades, que goza tanto más cuanto mayor es la dificultad para encontrarlas.
San José es una ciudad pequeña. El itinerario de mis vueltas cotidianas es casi invariable. Lo que cambia de una hora a otra es mi extraña fortuna.
Así, por ejemplo, todos los días paso frente a la oficina comercial de don Elías Jiménez, pero casi nunca logro hablar con él. Exceptuados los vecinos del barrio de la Dolorosa, los demás habitantes de la República se han formado una idea muy falsa de la existencia de don Elias. Creen que es un hombre callado, escondido, inaccesible. Pues he de contarles todo lo contrario. Habla con soltura y trabaja y vive