252 Apuntes El sábado es un día de duelo en todo el mundo, con un promedio de 23 muertos; el viernes cuenta 18; los demás días, 16. el domingo marca una tregua, con catorce muertos únicamente.
La hora más peligrosa es la del crepúsculo, aquella en que comienzan a encenderse las luces, sobre todo cuando coincide con los momentos llamados de mayor tránsito. Ciertas semanas son particularmente peligrosas. El día de Navidad hubo 36 muertos.
Para los traunseuntes hay dos edades fatales: la infancia y la vejez. El 80 de los muertos tenían menos de 10 o más de 50 años. Los niños casi siempre se hacen atropellar lanzándose violentamente fuera de la banqueta, sea tras alguna pelota o por simple aturdimiento; los viejos sucumben por sus vacilaciones o por la lentitud de sus reflejos. El período más seguro de la vida se hace figurar entre los 10 los 15 años, y la sociedad «Seguridad ante todo»
tiene la convicción de que sus enseñanzas han contribuido no poco a hacer casi invulnerables a los escolares. Por el contrario, es muy doloroso comprobar que la edad más peligrosa, la que proporciona el mayor porcentaje de muertos, es la de los pequeños de a años. Nunca se repetirá bastante. Cuidado con los niños. Los automovilistas que se exceden en velocidad y creen que los viandantes son los que tienen que cuidarse, obligan con mucha frecuencia a los pequeños turbulentos y alegres, inconscientes del peligro e ignorantes de los reglamentos, a que vengan a colocarse bajo sus ruedas.
Estos niños escapan a la más estrecha de las vigilancias, y toca a los vehículos el evitar los atropellamientos.
Al mismo tiempo que exhorta a los conductores