A puntes 245 sejo daría usted a un joven que disfrute de su estimación, para que conservara el equilibrio en el trance más difícil de su vida? Este es un tema para un libro, no para un ensayo. Creo que comenzaría por insistir en la necesidad de tener disciplinas. No está bien que un hombre o una mujer, constantemente busquen los porqués de cada cosa. Para que una vida sea feliz debe estar basada en principios fijos.
Casi me atrevería a decir que poco importa cuáles sean esos principios, con tal de que sean firmes y sólidos. No hablo aquí de credos doctrinarios. Ese es un asunto como dice Bryan entre el hombre y su creador. Hablo de acciones espontáneas, de edificar sobre bases sólidas, de vivir con estricta disciplina; la disciplina de una vida religiosa, la disciplina del trabajo, la de toda clase de deportes. Todas son sanas y saludables, siempre que tengamos absoluta fe en ellas. Otra condición para el equilibrio mental y moral, me parece que es la unidad en el plan, la continuidad en la norma. Una persona joven se ve tentada por todas las posibilidades, y éstas son infinitas. Le fastidia limitarse a la que haya elegido.
Quiere tener toda clase de amigos; hacer todos los viajes posibles; abarcar todos los conocimientos; abrazar todas las carreras; experimentar toda clase de amores.
Pero una de las condiciones de la vida consiste en que el individuo tiene que hacer una elección e imponerse un límite a sí mismo. Entonces, y sólo entonces, puede vivir una vida intensa y ordenada.
Esas creo yo que serían mis respuestas si me propusiera contestar.
Sintesis.