244 puntes endistancia y con la idea de que no hemos de ver, por mucho tiempo, a los que nos lastimaron, el re.
cuerdo de nuestros sufrimientos se va desvaneciendo poco a poco. aun sin movernos del mismo lugar, es posible escapar de la tormenta entregándonos a la lectura, a la música o a alguna otra elevación intelectual. La función del Arte, en la vida, es substituir una fútil y penosa concentración de sí mismo, por la serena contemplación de la belleza.
La segunda lección de la vida cuando menos ara mi es que son muy pocas las gentes realmente malas. En los primeros años de contacto con los extraños, el joven que ha conocido sólo la vida tranquila del circulo familiar vive atemorizado por la crueldad del egoísmo, por la envidia que cree contrar a cada paso. Su pesimismo no es completamente infundado: la humanidad puede ser terriblemente maia; pero conforme vamos conociendo mejor a las gentes, encontramos que son capaces de tener sentimientos de bondad, de ternura, y un gran heroísmo. Entonces empezamos a comprender que lo que realmente es de temerse, en la vida, va oculto tras de la coraza del crimen. Lo que parece venganza, es en realidad, sufrimiento. Y, lo que es más frecuente, la ignorancia forma juicios y obra ciegamente. El escritor inglés Charles Lamb, dijo en cierta ocasión. Odio a ese hombre. Pero si usted no lo conoce» le replicó alguno. Indudablemente que no dijo Lamb ¿cree usted que yo podría odiar a un hombre a quien conociera. Cuál es la lección más valiosa que la vida me ha enseñado? Una inquebrantable fe en la naturaleza humana, a pesar de sus extravíos, porque éstos son un resultado, no una causa.
Veamos, ahora, la segunda pregunta. Qué con