158 puntes ¿No habría sido mejor, es la moral del cuento, que hubiera pagado desde el comienzo?
El cuentecito se aplica adınirablemente al Estado.
Una crisis lo que reclama es un régimen liberal de economnia; pero el Estado no llega a comprenderlo sino después de haber sufrido todos los dolores y todos los golpes de los regímenes antiliberales.
Ahora bien, el conocimiento de las leyes económicas, que son tan inflexibles como las físicas, ha revelado que todos los inedios artificiales, que todas las legislaciones de emergencia, resultan inútiles para corregir los efectos que inexorablemente han de producirse. Ya lo vemos con Roosevelt. Quiso encerrarse dentro de las fronteras de su inmensa república con prescindencia de los efectos exteriores de su política económica, y los resultados que buscaba no los logra conseguir.
Espera él ser más feliz que César. Está perdido quien a cada vuelta de esquina cree encontrarse en un nuevo mundo. Está perdido quien desoye los principios probados y se lanza a hacer tanteos contando sólo con lo que él cree ser su buena estrella. continuó luego. Entre las cartas que he recibido de Norte América hay una que quiero mostrarle.
Don Elias se dirigió al interior de su establecimiento y nos trajo una carta de un joven que hace algún tiempo radica en una ciudad norteamericana, como Purchasing Agent de un gran hospital. El joven que suscribe la carta, con intuición viva del fenómeno económico que presencia y observa, informa a don Elias de las continuas huelgas, del fracaso industrial y del aspecto social que afecta la campaña de remonstrucción económica emprendida por Roosevelt y sus técnicos. Si el experimer:to de Roosevelt resulta