A puntes 151 medidas destinadas a parar la especulación actual, de tan desastrosos efectos sobre las transacciones normales.
En contestación Roosevelt, aprovechándose de la ocasión, sermonea a la Conferencia y le reprocha su ignorancia de las causas fundamentales de la crisis y de alejarse así de los «más amplios designios de la Conferencia. Su exposición no contribuyó en lo más mínimo a hacernos conocer esos «amplios designios. pero, tanto como es posible dar un sentido a lo que él dice, parece contemplar una política nacional y no una acción internacional. Como medio de volver a la prosperidad, aconseja a los demás «Poner en orden sus asuntos internos por la reducción de los gastos del Gobierno, por la adaptación de los impuestos a los egresos de los servicios públicos, el equilibrio de los presupuestos y vivir de acuerdo con las entradas. Tal consejo adopta el tono de una impertinencia o de un intervalo cómico al venir de un Jefe de Gobierno que, el mismo día que esto escribia, acababa de anunciar un déficit de 340. 000. 000 en el presupuesto, después de un déficit casi equivalente en el ejercicio anterior. Recomendación ésta casi tan lógica como las instancias de los Estados Unidos a las naciones europeas para que reduzcan sus gastos militares en el momento mismo en que ellos se disponen a gastar docenas de millones en las nuevas construcciones navales.
La política actual del Presidente es exciusivamente nacional, encerrada en sí misma, y ello explica su firme voluntad de no tener nada que ver en las medidas que puedan regular el comercio internacional. En el pasado, los Estados Unidos confiaron para su prosperidad en el desarrollo de sus propias fuerzas eco