A puntas 137 De «La Tribuna. 17 de octubre)
Conversamos con don Alfonso Jiménez Rojas.
Su palabra suave, persuasiva, penetrante, va desenvolviendo ante nuestros ojos la madeja de recuerdos del San José viejo, del San José de nuestros abuelos que vió desfilar por sus calles las próceras figuras de don Braulio Carrillo, de don Juanito Mora, de don Tomás Guardia, y de los politicos de la época romántica de la que data nuestra constitución, elaborada para responder a las necesidades de aquellos tiempos.
Como escritor, don Alfonso ha publicado en diversas ediciones de la revista Reproducción, recuerdos de los tiempos idos agrupados bajo el rubro de REMINISCENCIAS. Sus escritos, conocidos de muchos y apreciados como documentos de gran veracidad, tienen un lenguaje ameno, un trazo fácil y mesurado como el de un Ricardo Palma nacional.
Don Alfonso, le decimos. Cuál es, a su juicio, el defecto que más se significa como común a la mayoría de los costarricenses?
Sin titubear, don Alfonso nos comunica sus impresiones en parecidas palabras a las que a continuación escribimos. La hipocresía. Aquí que todo el mundo quiere buscar fórmulas conciliatorias, que nadie quiere comprometerse, que todos callan para no perder la sabrosa tranquilidad, no considero que me halle en la obligación de ofrecerme como mártir; pero si le diré, que todo lo hacemos con aire de quien no quiere la cosa, con refinamiento y con disimulo. Ahora mismo se quiere falsear la Constitución con el socorrido expediente de ponerle a leyes arbitrarias y atentatorias contra los derechos individuales y nacionales,