Individualism

102 APUNTES tierra o de la manufactura nacionales, o del suelo e industria extranjeras.
Para los intereses de los trabajadores es mucho más serio abolir el sistema proteccionista que eliminar la concurrencia. Al combatir el principio de la libre concurrencia, la mayor parte de los escritores socialistas han olvidado que este facilita siempre el desenvolvimiento de la libertad de cambios. Es decir, que lejos de aumentar la miseria de las clases laboriosas, provee los elementos de su emancipación. Aunque los socialistas se resisten a reconocer que bajo el régimen de la concurrencia la tasa de los salarios es a veces mayor que el mínimum indispensable a la subsistencia de los trabajadores, los hechos vienen a desmentirlos.
En Inglaterra, según Adán Smith, los salarios aumentaron en el doble desde fines del siglo XVII a fines del XVIII, y lo mismo puede decirse de fines del XVIII a fines del xix. con respecto a las utilidades del capital, cabe decir, con Stuart Mill. que están muy debajo de lo que la imaginación popular se figura Vemos que las opiniones de los socialistas sobre la concurrencia y el reparto de productos entre el capital y el trabajo se desvían sensiblemente de la realidad de las cosas.
Podríamos deducir de ello una primera conclusión, y es esta: que el modo actual de organización del trabajo no tiene por qué atraer los reproches de que los socialistas le hacen víctima, y que antes de sustituirlo deben sus propios sistemas sufrir la prueba de un debate contradictorio.
Es preciso ver si las doctrinas preconizadas por los socialistas no levantan objeciones tan graves, si no más, que las del sistema individualista,