50 APUNTES un motivo de asombro, un delicioso motivo de angustia, signo precursor del amor. El viejo dilema de la tragedia clásica se planteó una vez más, con tanto mayor agudeza que Miss Smith, seducida también por el héroe de rasgos enérgicos que se preparaba para vencer los misterios y los riesgos de la selva, estorbaba en silencio el imperioso deber. Bella pareja romántica, por cierto, a la que una espléndida naturaleza comunicaba su desfile de molicies y de ardores.
Pero Mr. Smith, el consul, hombre grave y clarividente, que a las seducciones del clima oponía su Biblia, su buen juicio y sus cabellos grises, junto un día a los dos muchachos y les habló más o menos como sigue. No he dejado de notar la inclinación que va acercándolos a ustedes, de más en más. Por mi parte, suscribo con gusto, porque considero el amor reciproco de dos seres como una orden tácita del Señor. No nos paremos a contemplar el gesto de placentera sorpresa de los novios. Sin embargo, queridos muchachos continuó el consul hay que ver las cosas como son, y no como úno quisiera que fuesen. Manuel está en vísperas de cumplir una misión muy importante, que le dará el prestigio que todo joven necesita para su porvenir. Fundar una ciudad. Qué suerte tan admirable! la vuelta, realizarán ustedes sus deseos y yo haré cuanto pueda por contribuir a su felicidad.
Animado por una acogida tan simple y cordial, y con el deseo de mostrarse digno de ella, don Manuel fijó la fecha del viaje. Había encontrado en la palabra ESPONSALES el sentido de la palabra VALOR.
Aquella misión iba a ofrecerle una ocasión propicia de dar la medida entera de su personalidad. Algo del orgullo hereditario se había, además, despertado