40 APUNTES Dos factores principales parecen concurrir en la realización de esta protección: la defensa linfóidea en el tubo digestivo y la defensa de orden profiláctico particularmente activa en la sensibilización por las proteinas tuberculínicas. Ante todo debemos hacer una observación previa, que ilustrará uno de los mecanismos de la inmunidad antituberculosa en los adultos: nos referimos al contraste de esta inmunidad con la receptividad innegable los niños de pecho. Si no hemos podido citar un solo caso cierto de contagio en el adulto, en cambio los casos de infección de los niños de pecho que viven en contacto con individuos tísicos son numerosos e incontestables.
Uno de los más típicos es el siguiente: REICH refiere el caso de diez recién nacidos asistidos durante el parto en Neuenburgo por una matrona tísica y que murieron de meningitis tuberculosa en el espacio de catorce meses, en tanto que en los demás niños que vinieron al mundo en la misma ciudad, pero cuyo parto fue asistido por otras matronas o por el tocólogo, no se observó ningún caso de muerte por esta causa. La matrona tisica tenía la costumbre de practicar insuflaciones con la boca en las vías respiratorias del recién nacido, aun cuando no presentase señales de asfixia.
Por otra parte, se ha señalado el hecho de que los niños nacidos de padres indemnes de tuberculosis y confiados a nodrizas tuberculosas, morían a veces de meningitis; los niños de pecho amamantados por su madre tuberculosa en último grado sucumben también a veces a la misma enfermedad. En todos estos casos la realidad del contagio postnatal no ofrece la menor duda y la historia de la matrona de Neuen