APUNTES Todos sabemos que la tuberculosis es una de las más terribles enfermedades. Las discusiones que ella pro.
voca no pueden sernos indiferentes. si las circunstancias en que se han desarrollado nuestras actividades nos han permitido adquirir alguna experiencia personal y formarnos una opinión, debemos hablar con franqueza, aun cuando sea. cosa que siempre duele. para borrar lo que en otro tiempo profesámos.
Oficialmente, nos tocó la suerte de ser en Costa Rica los primeros propagandistas de las enseñanzas de Grancher y de Petit. Hoy, 40 años más tarde, sería muy poco lo que podríamos repetir de dichas enseñanzas. Después de diez años de seguir con interés las investigaciones de AUGUSTO LUMIÈRE, nos encontramos hoy a su lado y creemos cumplir con un deber al resumir sus dos principales conclusiones, tal como las cristaliza nuestro propio pensamiento: No tomando en cuenta algunos casos excepcionales, de difícil interpretación, hay que admitir que la tuberculosis es una enfermedad extremamente poco contagiosa en los adultos. a La tuberculosis se propaga de uno de estos dos modos: o la herencia, o la contaminación de los niños de pecho.
Léanse ahora algunos trozos textuales del Dr.
Lumière. Desde el principio de sus estudios durante toda su carrera, con frecuencia muy larga, los médicos han vivido con la noción de que la tuberculosis se propaga únicamente por contagio. Esta creencia, universalmente profesada desde hace más de cincuenta años, está admitida como un dogma intangible y de