APUNTES de las catástrofes más gigantescas de la Historia universal. qué aberración se debe que el mundo occidental hıya falseado esa inmensa experiencia, que le había costado tanta sangre y que hubiera debido dar a su espíritu la madurez definitiva, convirtiéndola en aventura romántica de un joven héroe semifabuloso, capaz de excitar agradablemente la imaginación de los jóvenes y de las mujeres, y de suministrar materia a los poetas, a los novelistas o a los fabricantes de películas. Cuánta desgracia hubiera evitado el siglo XIX de haber comprendido la aventura por la cual había entrado en la Historia de haber aprovechado la lección!
Pues bien: lo que no se ha hecho todavía, tiene que hacerse ahora. Es preciso que el occidente conozca la realidad histórica sobre la cual el siglo XIX ha bordado su leyenda romántica del tirano salvador, si es que no quiere ser hundido por las usurpaciones que se multiplican un poco por todas partes, en Europa, en Asia, en América. Grandes o pequeñas, esas usurpaciones dictatoriales no constituyen hoy, ni fueron nunca, soluciones, sino, al contrario, complicaciones. Complican hasta el extremo una situación ya difícil, que después de la usurpación sólo puede resolverse por una catástrofe.
El occidente no tiene, pues, nada que esperar de estas usurpaciones, que no pueden sino aumentar las dificultades en medio de las cuales se está debatiendo.
Es, sobre todo, necesario desconfiar de las promesas extraordinarias que suelen hacer estos dictadores, como si tuvieran la facultad de modificar la Historia, Detrás de sus promesas se oculta siempre una cuestión mucho más modesta, pero la única que interesa verdaderamente a quienes han de obedecer a un go