BolshevismSocialism

422 puntes y poblado por masas incultas y aterradas por las desgracias de la guerra, para que las bacterias de la revolución hayan podido alcanzar en él tal grado de virulencia y destruir las bases que regulan un Estado civilizado. Stéphane Lauzanne ha demostrado en Le Matin que contar con los diputados, para hacer economías, sería como querer apagar un incendio echándole comburentes y combustibles.
Voy a resumir la conclusión del notable periodista: La papelería y la burocracia conjugadas que nos sofocan, son hijas de la inercia gubernamental y de la demagogia parlamentaria. La flojedad es la madre; el diputado es el padre.
El funcionarismo y los gastos van formando una pirámide que se eleva sin fin en el cielo. En la base de la pirámide está el diputado.
El diputado inventa formalidades; éstas exigen trabajo; éste supone un cuerpo de funcionarios, y todo hay que pagarlo.
Una buena caricatura vale por diez artículos largos y jugosos. Esto que digo no es una revelación para los costarricenses contemporáneos de Paco Hernández. Pues bien, de Rusia no hay que esperar artículos que digan la verdad que allá se vive; pero sí podemos admirar la obra de sus excelentes caricaturistas. Illustration del 15 de octubre ofrece a sus lectores unas cuantas reproducciones de las caricaturas bolcheviques, preciosas para los historiadores.
Ellas bastan para demostrar, a quien tenga ojos, el fracaso de la inmensa máquina del Estado socialista.
La administración central rusa gasta cientos de miles