Democracy

A puntes 411 periodistas. Conversaba don Elías en su tienda con una joven maestra de escuela, mostrador de por medio; conversaba muy despacio, como para que la maestra retuviera lo que él decía y el redactor pudiera apuntar con disimulo. Siempre tan metido. Hubiera visto Ud. los desfiles escolares! Lo que es el señor Papez se me.
rece deveras un aplauso, porque está logrando disciplinar a los chiquillos y hasta a los grandes. Cuáles grandes. Los del Liceo. Apuesto a que usted no se ha fijado siquiera en los uniformes. Son muy democráticos. Oh, si! la democracia le encanta uniformar, darse la ilusión de la igualdad. Es muy democrático eso de que no pueda úno saber si el grupo que viene por la calle es de colegiales o de hoscos aprendices de un taller de mecánica. Por qué hoscos. Por el color de los uniformes. Muy encubridor, por cierto. para estudiantes convendría que fuera muy descubridor.
El redactor ha retenido este trozo del diálogo, pero no sabe cómo expresar la afabilidad de los semblantes de ambos interlocutores. Siguió luego la conversación su cauce natural, ganando en seriedad y haciéndose cada vez más largas las réplicas de don Elias. Léase la principal. Esas son fiestas católicas exclusivamente. La nueva, del de agosto, ni la mentemos: fue una ridiculez del Congreso; no tiene fundamento religioso ni de ningún otro orden. Le decía, pues, que si me encargaran del calendario de los ocios, cambiaría las fiestas nacionales: haría celebrar tan sólo aquellas