410 puntes «Sin haber vivido en ninguna sociedad ideal, yo no he conocido ninguna persona superior que haya tenido que dolerse de verdaderas incomodidades y miserias. Stoddard ha marcado con mucho acierto la deleznable base de todas las fórmulas socialistas. Quien lo ha leído queda convencido de que está destinado a desplomarse cuanto se construya en contra del principio de la desigualdad natural. La Naturaleza no conoce la igualdad. Distribuye de una manera absolutamente desigual la salud, la hermosura, el vigor, la inteligencia, el genio cualidades todas que confieren al que las posee una superioridad sobre sus compañeros. Dice don Elías y se calla. Durante largo rato habló, seguro, suave, de puntillas, como siempre, su espíritu.
El repórter, roto como un muñeco abandonado, mudo, queda sobre la mecedora, mientras bebe los conceptos y da vuelta a las ideas. Se siente un poco confuso, un poco empapado de todo y con aire de persona de importancia. Mientras piensa en todo esto para su orgullo, se lanza a la inclemencia de la calle que presenta la vida burguesa de las casas de adobes. La visión amarilla y traqueadora del tranvía, llena la calle de brusca realidad.
Del Diario de Costa Rica. 14 de octubre de 1932 Este no es un reportaje; es algo parecido: un reporte. El redactor no ha conversado con don Elias Jiménez Rojas. Ha oído una conversación, casualmente, y la refiere aqui, cometiendo el pecado de habladuría de que nos creemos muy absueltos de antemano los