396 puntes que volvieran a Francia los capitales que habían emigrado en el período en que se amenazaba su salida con las más severas sanciones? Lo consiguió suprimiéndolas y permitiendo que los capitales pudieran libremente salir. Entonces los haberes franceses volvieron a su país. El dinero no se caza a cañonazos, se caza con reclamo. Y, por último, Delaisi, en magistral estudio sobre la crisis, concluye con que el remedio está en volverse a la libre circulación del oro, de las mercaderías y de los hombres.
Estas voces de los últimos tiempos se multiplican día a día. No han de llegar a dominar?
Yo, asi lo espero, como espero que usted perdonará la abusiva extensión de esta carta, en consideración a la alta estima que le profesa Su atto. Tomás Soley Güell.
Nosotros fuimos de los últimos en copiar la nuestra de las leyes arbitrarias controladoras del cambio. Mucho me temo que seremos, también, de los últimos en derogarlas. Porque ese es el camino que llevan las naciones: el de desandar los pasos mal dados, y el de abolir, como Finlandia, las leyes mal llamadas controladoras del cambio. Todos los economistas de fama mundial se están declarando en contra de esas leyes de emergencia. Yo he publicado párrafos, de algunos de ellos, terminantemente condenatorios. Los últimos congresos económicos se han pronunciado, también, en el mismo sentido adverso, y, hace pocos días el de la Sociedad de las Naciones al declarar la necesidad del retorno al patrón de oro,