Elías Jiménez Rojas

A pun nt es 391 rior, sobre la cantidad de los colectivistas inconscientes y de vida inferior en todo respecto; PERMANECE EN LA SOCIEDAD SIN PERTENECERLE; participa en ella, sin sometérsele; le presta todo su concurso, cada vez que ella lo necesita, pero sin jurarle fe alguna.
San José, 24 de noviembre de 1932.
Sr.
Don Elías Jiménez Rojas, Ciudad.
Estimado señor: Muy agradablemente me ha sorprendido su atenta de hoy, portadora de su voz de aliento para el pequeño grupo (iy tan pequeño. de los que venimos combatiendo por el retorno a las normas de libertad de que gozaban, antes, las actividades privadas. Normas que permitieron el portentoso desarrollo de la riqueza de las naciones y el más alto standard de vida para los habitantes. Fue durante su imperio que la vida se hizo fácil, segura y agradable. Fácil, porque la baratura puso todos los artículos al alcance de todos los bolsillos. Aun los que en otras épocas fueron lujo de los pocos, como el algodón, el lino y aun la misma seda, vinieron a ser patrimonio de los muchos. Segura, porque los capitales creados con cualquier industria, mediante el trabajo y la economía, no estaban expuestos a esfumarse por variaciones violentas de la moneda ni cambios bruscos en las leyes fiscales. Agradable, porque la estabilidad de los