Hitler

A puntes 385. No resbalaremos, repuse, advertido de que mi mandado estaba resultando molesto. Le di las gracias a don Elías, le tendi la mano y, caminando hacia la puerta, logré todavía sacarle un bonito final para el periódico y lo obtuve gracias a una necedad manifiesta. Yo no sé, le dije, pero creo que para seducir a las gentes es preciso en todo caso, ser un grande hombre. Frecuentemente basta con ser un hombre grande, contestó don Elías. Si la definición de Emerson es verdadera, Hitler no es un grande hombre. Grande hombre es quien, en medio de la muchedumbre, conserva con perfecta dulzura la independencia de la soledad. e.
Yo sé bien que en la América Latina priva todavía el criterio de la Tía Panchita y se llama liberal a quien no va a misa.
Diversas revistas acaban de celebrar el centenario de la llegada de Chopin a París. Tomamos los siguientes renglones de un artículo de Eduardo Herriot. En el orden del pensamiento, Chopin evoca no solamente el dolor; evoca también, si no la felici dad, al menos una serenidad al modo de Mozart o de Beethoven.
Se ha comparado a Chopin con Baudelaire. Lo que es yo, no acepto esta comparación. mi se me parece a los grandes escritores con quienes estuvo en relaciones en el Paris de 1831 y de los años siguientes. Para mí, mientras haya hombres capaces de sentir cuanto hay a la vez de divino y de humano en la música, Federico Chopin, con sus Nocturnos, sus Preludios, y sus Estudios, nos aparecerá como el hermano espiritual de Alfredo de Musset, el inmortal lírico de las Noches.