HitlerMussolini

384 puntes liberal, las funciones de gobierno son necesariamente perjudiciales en la medida misma en que el programa de gobierno se amplifica. Reconociendo su ignorancia acerca de los grandes problemas sociales, el liberal sienta como principio la abstención gubernativa ahí donde sea posible la acción individual.
No vaya a imaginarse el lector que este reportero improvisado sea hábil o memorioso. Apenas vió don Elías que yo sacaba lápiz y papel y ponía cara de intelectual, perdió la naturalidad del primer inomento, alzó la voz y se puso a dictarme, como a un muchacho de escuela, señalándome hasta los lugares en que debían ir las comillas. Cuando se detuvo, mirándome fijamente, con el ademán de quien va a cortar el diálogo, perdi el aplomo. Hubo una pausa penosa para mi. Por fin el Diablo me sopló otro tema. En dos ocasiones casi seguidas, hace poco, ha hablado Ud. de Mussolini. Le aseguro, don Elías, que hay personas que quisieran ahora oir algo suyo respecto a Hitler. Pues tendrían que aguardarse un rato. Los dos personajes no son comparables: Mussolini está en escena desde hace muchos años; Hitier es nuevo, al menos para mí.
No dándome por satisfecho, insinúo suavemente una pregunta concreta. No piensa Ud. que la llegada de Hitler al poder, sería causa suficiente para la ruptura de la paz en Europa. No temo eso. Me parece que Hitler va rodeado de una multitud heterogénea, compuesta de descontentos, pero descontentos por razones diversas. un caudillo así, no hay por qué temerle; no puede sostenerse. Pero, amigo, cuidado con resbalar.