383 puntes descansa en la confusión que él hace del liberalismo político con el liberalismo religioso que convendría llamar más bien descreimiento. Hay eminentes economistas liberales que son católicos romanos: los más notables que conozco son jesuitas. inversamente, hay liberales en materia de fe, que son antiliberales o estatistas en asuntos sociales, como el actual Presidente de Colombia. El Papa Pío XI habla como un perfecto liberal cuando dice. Una concepción del Estado que hace del Estado un fin y que hace del ciudadano, del hombre, un medio al que monopoliza y absorbe, no puede ser la concepción católica. Yo no acierto a comprender cómo, a propósito de una conversación sobre comunismo, sale un sacerdote culto con aquello de «la historia liberal de Costa Rica desde 1884 hasta hoy, que es la historia de las minorías liberales, tiranizando al pueblo en mayoría inmensa, en sus derechos religiosos. De 1884 para acá, navega el país en las aguas puras del estatismo.
En este lapso, no ha habido ningún gobierno liberal.
Las minorías liberales no han poseido ningún poder público en Costa Rica y si lo hubieran poseido no habrían podido tiranizar. Liberalismo y tiranía son términos que se excluyen. El respeto a la dignidad humana constituye el fundamento ético de la idea liberal. De este respeto arrancan las ideas de tolerancia en religión y en toda suerte de cosas. La idea liberal opone el Estado de Derecho al Estado Gendarme. Nosotros no atribuimos al Estado un especial valor suprapersonal. El Estado no es más que un medio para conseguir la mayor felicidad posible del mayor número posible de hombres. Todo el mundo habrá de saber, o poder saber, fundado en las leyes, lo que es lícito o está prohibido, y nadie estará sometido a la arbitrariedad. Para el