382 puntes Me enviaron de La Tribuna a pedirle a don Elías Jiménez ciertas aclaraciones relativas a un trabajo de imprenta que él había encargado, y jaqui de la fuerza del destino. mientras don Elías hacía sus anotaciones, caen mis miradas sobre un diccionario abierto de par en par sobre su escritorio. Yo leo: La ocasión hace al ladrón; la ocasión la pintan calva, etc. y me digo: este es un aviso del cielo; hay que convertir en entrevista el humilde mandato y darle una sorpresa a mi Director. Traigo algo en la cabeza, jánimo, pues. Don Elias, dice un refrán que la ocasión hace al ladrón. Ese es un refrán bastante falso. me replica con viveza, cortándome la frase. El honrado no peca ni en arca abierta. En ese refrán no debe verse más que el consejo de evitar cada cual las ocasiones que le sean peligrosas. el ser o no ser peligrosas depende precisamente del temperamento, de las inclinaciones de cada uno. Perdone y siga Ud. su discurso. No es discurso; iba a decirle (continúo yo valiéndome de las expresiones del diccionario) que deseo no perder la ocasión de preguntarle si leyó Ud. el artículo que le dedica el Padre Valenciano, en el Monitor Parroquial, del domingo. Sí, lo he leído. No salgo tan mal librado como supuse cuando comencé a leerlo. La anécdota de la balanza no está transcrita con fidelidad; pero, aun así, como la cuenta el Padre, me hace gracia y la ratifico. El símbolo de la balanza dice más a mi espíritu que el de la cruz. En cuanto al fondo de la crítica que el señor Presbo. Valenciano endereza a una de mis recientes charlas, se nota claramente que