A puntes 377 ritu que el hacer de la parte física de esta descarriada y vacilante humanidad. Por eso indagamos por el buen amigo que siempre tiene una misma sonrisa, una misma mano y un mismo gesto. Ha sido preciso esperar porque don Elías está ocupado. Causa extrañeza, él, que habla de problemas hondos, verlo comparar precios sobre un catálogo de artículos de perfumería. Tiene el repórter tiempo para una buena y honda pensada y cuando se prepara, es don Elías quien adelanta la disculpa. Dispense que no le haya hecho pasar adelante inmediatamente. Estaba con el señor Lang, representante viajero de la casa «Flora. Qué magnífica persona! Aseguro a usted que la clase de los agentes. y representantes comerciales es una de las más interesantes del hormiguero humano. Han visto tánto. Saben tánto! pensar continuó don Elías que entran y salen del país o trabajan permanentemente en él, sin que la gente sospeche la obra de cultura que realizan. Ellos tampoco la sospechan. Viajan como los insectos, por móviles personales, y fecundan lo que es fecundable, ahí por donde pasan. De labios del señor Lang acabo de oír la más fresca reseña de la actualidad europea y sudamericana. Pobre Sud América con sus economistas reformadores! Cuando hablan de importación y de exportación, creen que todo es café, algodón, salitre. Se les olvida que hay otros artículos más importantes pero sin nombre en los aranceles. Para ellos la situación de un país está arreglada cuando la importación es igual o menor que la exportación. Cómo se explican la bonanza de Suiza que importa más de lo que exporta?
Ha de confesar paladinamente el repórter que tampoco se lo explica y que está sospechando una verdad contundente en las palabras del maestro, so