372 puntes paliativos, hombre zapatos, sér sin importancia, cuya misión es acomodarse a los más antípodas asuntos, acariciándolos todos, encariñándose con todos, fiel a la consigna de caminar siempre. El repórter viejo no muere de derrames cerebrales. Muere de varicelas.
Buscando un refugio dimos en una Botica. Hay quienes sostienen que las boticas se vulgarizan con el surtido que tienen, pero hay quien discute el tema y enaltece con sapientes razones el polo opuesto.
Detrás del mostrador de la Botica está don Elias Jiménez. Ha visto Ud. don Elías, la inscripción electoral del comunismo?
Cuando don Elías sospecha que se le hace una pregunta con miras periodísticas, se arruga.
Se encoge, se empequeñece. Ante la negativa, el repórter insinúa otra. luégo, otra. Termina por hacerse contestar. No quiero hablar sobre este punto porque no podría ser original. Vengo hablando de estos asuntos desde hace mucho tiempo. Si, no se ría, señor repórter. Mis palabras son siempre las mismas, Si Ud. me estudia desde algunos años a esta parte, se encuentra con que mis ideas de muchacho, de hombre maduro y de los últimos tiempos son siempre las mismas, repetidas en varios tonos, con distintas formas. Varió el espejo, pero yo no. Mi línea de conducta individualista, mi liberalismo no es un cambio posterior. Fue línea desde muchacho y en ella estoy.
Yo era individualista inconscientemente, aun en aquel tiempo en que seguía con admiración a Jaurés. Si es usted individualista, no será bajo ningún concepto apoyador del comunismo. Soy liberal, es decir, estoy a un grado de la anarquía. Los demagogos de mi doctrina entran de