Elías Jiménez Rojas

292 puntes VIII Cuando llegamos donde don Elías Jiménez Rojas, lo encontramos subido a una escalera limpiando su jardín de frascos coloridos. Es posible que don Elías se hubiera subido allí momentáneamente, pero al oír nuestro saludo, decidió no bajarse de ningún modo, acaso para obligar el diálogo a su mínima expresión. Don Elías en una altura considerable y nosotros desde la llanura, no era la mejor situación para un reportaje, pero lo cierto es que don Elías está siempre subido a la escalera de la preponderancia intelectual, y alzar los ojos del espíritu para hablar con él, o levantar los del cuerpo viene a ser lo mismo. Mejor dicho, viene a ser mejor porque su voz nos bajaba desde la altura con mayores armonías y con aspectos más ciertos de profesor, de maestro. No a todos los reporteros los recibe usted de este mododijimos a don Elías. y nos alegramos de ello porque además de ser una forma original, nos satisface grandemente. Los médicos viejos nos contestó dicen que para recibir a los pacientes conviene servirse de una silla bien alta, de modo que los enfermos tengan que mirar hacia arriba. Esto da mayor prestigio. Pero yo no estoy en tales condiciones. Simplemente me ocupaba en limpiar estos frascos y, sobre todo, ajeno a la idea de ser asaltado por un periodista. Los males llegan cuando menos se les espera, don Elías. nunca vienen solos. Ya he recibido la visita de otros varios periodistas y he tenido que contestar que