286 puntes estos libros que tengo, agradecería no salir en los periódicos. Sí, hasta marzo. Estoy hundido.
Pero la verdad es que dejamos a don Elías, a nuestro humilde modo de ver, muy a flote. Su fuerte apretón de mano, al despedirnos, nos reveló la admirable condición de su constitución física. feliz él que puede recetarse tardes enteras, de las cuatro en adelante, para leer! Si en vez de ser miembro muy distinguido del reducido número del gremio de reporteados, fuese don Elías reportero, y tuviese que andar de Ceca en Meca viendo a quién que valga la pena le pesca una opinión, entonces, al volver a ser lo que es, don Elías no esperaría hasta marzo para darnos el reportaje que deseamos. Los individualistas tienen un lujo que los reporteros. pues no somos nadie, no podemos darnos. el lujo generoso de ser liberales en dar opiniones. de la Del Diario de Costa Rica del de enero de 1932. UNA PALABRA al ilustrado escritor de la En leer los libros y periódicos amontonados en mi mesa, he tardado mucho más de lo calculado. Pero aquí estoy de vuelta. Me ha hecho mucho bien esta asomada a la ventana del mundo. Qué placidez siento ahora y cuántas esperanzas. La comparación que sigue es trivial, pero muy clara, y la claridad es lo importante. Así como el personaje clásico a quien la explicación de lo que era prosa vino a hacerle la revelación de que él había siempre