284 puntes algo ridícuảo en las últimas cosas mías que publicaron los periódicos. Lo mejor es, pues, que por ahora no diga usted nada de mí. Entendía yo, le replicámos, que era un gentlemen agreement entre nosotros que durante diciembre no le molestaríamos. Ya estamos en año nuevo. Mire usted. nos dijo don Elías, y, mostrándonos un papelito escrito pegado al interior de un estante de botica, leyó una razón que decía: Vacaciones de don Elías, del al 10 de enero, de las de la tarde en adelante. Ya usted ve? prosiguió. Quiero, en este tiempo tan corto, leer todos esos libros para alcanzar la lectura en que estoy retrasado. sus palabras tocaditas de ironía don Elías añadió un demostrativo movimiento de sus manos. Nuestros ojos siguieron ese gesto, pero nos vimos burlados: no logramos ver libro ninguno. Teníamos gran curiosidad de mirar qué libros don Elías iba a leer. Don Elías, le dijimos, suplicantes algo suyo quisiéramos para el Diario de Costa Rica. Hay tantas cosas importantes sobre las que sería sobremanera interesante oír su opinión. Opinión mía? preguntó. yo qué voy a opinar, si soy de los individuos que se han hundido. No sabíamos a qué podía referirse don Elías y le confesámos que con eso que decía estábamos perplejos.
Don Elías se sacó de un bolsillo de su saco un ejemplar de Reproducción. la interesante publicación que editaba hasta hace cosa de un año. Con el folletito en la mano, nos explicó. Acabo de leer que han reducido a Ghandi otra