212 puntes estuvieran fuera del oficio. Son los herederos directos de los antiguos editorialistas: las empresas los solicitan a cada momento y ellos se dejan convertir en colaboradores forzados de los diarios. El público los llama despectivamente sábelotodo, por la ligereza más o menos aparente con que dan sus opiniones. Pero ellos no se corren, porque cada uno tiene su razón, secreta o manifiesta, para externar su pensamiento cuantas veces se presente la ocasión. Lo demás es obra de la empresa, que a la larga soporta las consecuencias, si procede torpemente. esta clase pertenezco yo. Por esto me he atrevido a llamarme colega de usted. Soy periodista de alma.
Si no escribo todos los días no es porque me falte sujeto: Es porque me falta libertad y porque estoy dedicado a una profesión esclavizadora. Téngase presente que no me quejo. Me falta libertad a causa de los años. Solamente el joven que comienza se siente desligado de su raza, de su tierra y aun de su familia. mi edad, el círculo de los parientes y de los amigos se ha hecho tan grande que es casi imposible lanzar una piedra sin que vaya a herir a alguno de ellos. Cuando usted me anunció por teléfono el objeto de su visita, vacilé un momento. Usted me dijo: Voy a pedirle una lista de definiciones un diccionario de los términos usados correctamente en las discusiones sobre problemas sociales. qué hora paso? yo le pedí cuatro horas para reflexionar. Ahora tengo que confesarle que han transcurrido las cuatro horas sin que yo haya logrado encontrar una sola definición. hay quien considera el lenguaje como cosa de segundo orden! En realidad, si el problema social pudiera ser