A puntes 173 dichos hayan temblado de pavor y se hayan asociado en estrecha colaboración militar para protegerse mutuamente?
Hay. pues, motivo para dirigir nuestras miradas hacia una serie de hechos graves y embarazosos. Rusia, que tiene ya el ejército más grande del mundo. se arma rápidamente. Ella desarrolla particularmente la ciencia militar bajo sus formas más modernas, más odiosas y más temibles. La aviación de guerra, con el bombardeo de las grandes ciudades como objeto, la artillería pesada, los tanks y los trenes blindados, y por encima de todo, los gases tóxicos, en sus refinamientos más odiosos, derramando deliberadamente epidemias: tales son las características actuales del armamento de Rusia. Pero síntomas más siniestros y más precisos son visibles.
Antes de la Gran Guerra. Alemania había hecho compras considerables para aprovisionarse de todos los metales y de todas las materias primas esenciales para la fabricación de armas. En los doce meses que precedieron a agosto de 1914, Alemania había importado una cantidad de metales níquel, cobalto, tungsteno, vanadio, aluminio, etc. o veces mayor que el promedio importado durante los cinco años anteriores.
En aquella época la significación de tales compras no fue comprendida y no fue nunca objeto de ningún comentario. Sabemos ahora que aquellos stoks no fueron acumulados por pura casualidad. Volvemos a encontrar, pues, las mismas características en las importaciones rusas actuales. Son las mismas compras extraordinarias, casi febriles, de material de guerra en cantidades enormes y casi sin consideración de precios.
El gobierno soviético ha rehusado divulgar el estado de