157 p u t es Brenes Mesén dijo alguna vez que yo me vería muy pronto solo; no sé cómo se la pasará él, pero yo no me siento aislado. Al contrario, aumenta el número de mis amistades. Son familias de mis empleados o antiguos conocidos, y como vienen nuevos hijos, aumentan mis afectos. Yo soy considerado como el abuelito.
No puede decirse, con propiedad, que soy un amargado. Vivo contento; nunca he tenido una gran contrariedad, ni una pena abrumadora. Hasta en los negocios, no obstante mi carácter, he progresado. Más bien pudiera decir que vivo contento. La paso muy tranquilo y pienso que hasta morir lo haré muy quietecito.
27 de agosto 1931.
Al entrevistarlo se ha tenido un solo propósito.
Conocer a este individuo que, con su labor callada, continua, de agua que no deja de correr, es uno de los indiscutible hacedores de opinión pública en Costa Rica. Él mismo nos explica entre qué grupo de la sociedad cree ejercer mayor influencia. Mis lectores. dice, los que yo llamo míos, no son intelectuales ni universitarios, sino jóvenes dedicados al comercio, y pienso que me los he ganado gracias a mi laconismo. El periodista le ha dicho algo de su estilo corrosivo. y él explica que se hace confusión al respecto; que su estilo es suave, como su índole toda; que es su laconismo lo que produce la impresión expresada. De esos jóvenes dedicados al comercio. prosigue don Elías, hablo yo con orgullo: a mí me parecen la clase social más inteligente. Un tonto puede llegar a la dirección de una escuela y permanecer en