Liberalism

146 Þ u t es vicciones religiosas en el medio ambiente de esta capital saturado de liberalismo, que sembraban por ese tiempo el Dr. Zambrana, un señor Angulo Guridi y otros. Además, influyeron en mí los libros de Hugo, Voltaire, Pelletan, etc. que devoraba con avidez. No obstante, deseaba creer, pero con fe que no riñera con la razón humana. Alejado completamente de las prácticas religiosas estuve como 25 años; leí después obras de espiritismo y asistí a las sesiones que tenían lugar en casa de don Buenaventura Corrales.
Entré luego a la Sociedad Teosófica y volví por último al seno de la Religión Católica, desde hace 18 años próximamente. Sería largo de contar el proceso moral y mental que causó esa evolución.
Obtuve, por oposición, el primer premio, en los concursos abiertos para la letra del Himno Eucarístico del Congreso celebrado en 1913 y para el himno El Buey. consistentes en medalla de oro y cien colones, respectivamente. No soy vanidoso y detesto cuanto se aleje de la línea recta. en particular todo lo que signifique fraude o engaño. Odio el licor, no me gusta el fumado y sufro y hago sufrir con mi carácter violento que se acentúa con la edad y mis años de vida sedentaria.
La cortedad de genio o timidez (que en mí se aviene perfectamente con el mal carácter) ha sido mi nota dominante y me ha obligado a hacer papeles ridículos en sociedad.
He sido absolutamente inhábil para trabajos manuales y he tenido siempre una forma de letra detestable.
Después de mi padre, todo lo debo, particularmente el cariño con que me distinguió, a mi excelente tío don Ricardo Cooper Sandoval, fallecido hace trece años. ALFARO COOPER.