Democracy

131 punte la decoraciones no son más que sombras fugitivas y cuadros movientes. La agregación de los átomos que forman mi individuo va a descomponerse: aquéllos van a modificar otros cuerpos, mas lo que formen, ya 110 será yo, mi identidad será destruida. He gozado, visto y apurado tɔdo: ya no sabría cosa que fuese nueva para mí. y quién sabe, si viviera yo más tiempo, cuál sería mi destino!
Quiero, pues, terminar mi vida como digno jefe de mi secta. He enviado a buscar unas cantarinas. que entren.
Entonces empezó un pequeño concierto. Una de las cantöras cantó, acompañándose con su lira, la pasión que Narciso concibió hacia sí mismo. Acabada esta canción, entró el médico, y Aristipo nos precisó a que cenáramos junto a su cama. Ordenóle el Esculapio un cocimiento de yerbas. No más remedios. exclamó el enfermo: no quiero cosa que sea amarga ni desagradable.
Beberé con vosotros vino de Lesbos. Añadió sonriéndose: Creéis que si sacrificara un gallo y una cordera negra al Dios de Espidauro, me volvería la salud. Todo lo pueden los Dioses, le respondieron. Estoy conforme; pero soy demasiado modesto para exigir de ellos que trastonen la economía del universo y su inmutable plan, por un atomillo como yo. Invocaré únicamente al Dios Mercurio, conductor de las almas, para que dé un buen alojamiento a la mía.
II De la democracia.
Pocas noticias te daré relativas al gobierno y a la política. El pueblo siempre es el mismo, esto es, se deja