120 A u t es para descubrir qué partido podemos sacar de esta trasformación de nuestra persona que ha operado el dolor. Esta es la primera regla añade el autor que el enfermo debe practicar para paliar su enfermedad.
En resumen, lo que el buen filipista desea es que el enfermo no se entregue desapoderadamente, incesantemente, a la esperanza, dejando desamparado el presente.
El presente es una realidad; no podemos negarla; es imposible prescindir de ella. lo que debemos hacer es tratar de sacar el mejor partido de este presente presente de dolor que ha modificado nuestra pobre personalidad.
Azorin. sin embargo recuerdo con cariño a los socialistas del tiempo de mi juventud. la luz de la luna Una de estas noches iba yo por el campo charlando con un joven amigo recién salido de la Escuela Politécnica, el cual posee un espíritu tan expansivo como lógico.
Paseábamos por una despejada llanura bordeada a mano izquierda de redondos ribazuelos eslabonados por breves praderas en forma de barrancos. La luna llena iluminaba el espacio transparente y terso, y las estrellas, pálidas y remotas, tenían una dulzura que enternecía.
El blanco camino se prolongaba ante nosotros y se perdía a lo lejos en el misterio del horizonte, bañado de luz y de sombras: aquel camino parecía conducir de la realidad al ensueño.