A untes 113 nos y socialistas españoles hemos pensado siempre que vuestras guerras por la independencia fueron más bien guerras civiles, guerras revolucionarias, guerras de separación, no de un pueblo que os dio su sangre, su lengua y su cultura y os ha seguido dando su trabajo, sino de un Estado anacrónico; guerras contra una forma de Gobierno que no transigía con la libertades conquistadas por las grandes revoluciones de Inglaterra y Francia y por la independencia de los Estados Unidos. Esas guerras civiles de América contra el Estado español, no contra la nación española, las iniciaron y las sostuvieron, principalmente, muchos de los mismos españoles que habían emigrado a América buscando, no sólo la fortuna, sino la libertad que les negaba dentro de sus fronteras territoriales la monarquía, o los hijos y descendientes de españoles, como Simón Bolívar, el Libertador por antonomasia. Yo os aseguro que muchos españoles actuales, los que siempre han puesto la libertad de los pueblos por encima del Imperio, de haber vivido a comienzos del siglo xix, cuando empezaron vuestras guerras civiles por la independencia, talvez hubieran tomado las armas a vuestro lado o hubieran estado con vosotros en espíritu, como lo estuvieron cuando la guerra de Cuba. como lo estuvieron Pi y Margall, Pablo Iglesias y muchos varones ilustres en la gran crisis histórica de 1898. Porque nosotros, los liberales auténticos, los republicanos y socialistas españoles, colocamos la libertad hasta por encima de la Patria. Es más: creemos que una Patria sin libertad, una Patria que niega la libertad a los hijos de su tierra y a los hermanos políticos de otras tierras, no puede ser la Patria de ningún hombre libre.